LA GALLINITA FINA ESCANDALOSA
En el corral del
viejito Manuel existen muchos animales,
tococas y tococos, pavos, pollos y gallos de raza fina. Entre ellos, una
gallinita fina, alta, con poca carne, buen plumaje, activa y comelona se empeña en no pasar inadvertida. El viejito
Manuel muy de mañana llega al corral y en una totuma grande o en un envase de
aluminio les llama a comer y en bandadas acuden, atropellándose unos a los
otros en el poco espacio que brinda el inmueble. La gallinita fina, exponiendo
una conducta de un ser hambriento consume la mayor parte del maíz, mientras le
hace señas insinuantes a los gallos y
pollos. Reproches a las gallinas y
pollas.
El trabajo en el corral
consiste fundamentalmente en la producción de huevos, que en el argot del
pueblo denominan “Manjar de pobre”. Todos hacen su trabajo en silencio, salvo
uno que otro sonido propio de la naturaleza de los plumíferos, pero la gallinita
fina y esbelta forma tremenda algarabía cada vez que pone un huevo, que se
escucha en los otros corrales y todo ser viviente del entorno se da por
notificado del hecho recién ocurrido. ¡La escandalosa puso un huevo y ella cree
que alcanzó la felicidad, ja…ja…ja. Ja !-murmuran
en los corrales.
El mundo es una
paradoja. Al egoísta le es difícil
reconocer los méritos del otro. En cambio quien cumple con sus funciones y ve el fruto de su esfuerzo se llena de emoción
por la misión cumplida y espera el reconocimiento
como un estímulo para seguir dando más
por el bien común.
Definitivamente el
mundo es chiquito para el egoísta y grande y esperanzador para quien lucha no para beneficio propio sino
para el bienestar del colectivo.
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