LA CORRUPCIÓN,
PROBLEMA ÉTICO-MORAL
Podemos entenderla como
la falta de pulcritud y transparencia en el manejo del dinero público. Funcionarios
que fueron designados por el alto gobierno o por elección popular para
ocupar cargos en la administración
pública en cualquier nivel, empresas del Estado o institutos autónomos se convirtieron en negociantes, en asaltantes
y ladrones de cuello blanco, lo que representa un gran problema ético-moral para
el proceso revolucionario que en esencia enarbola una conducta distinta,
pulcra, transparente y de respeto a los dineros y bienes del pueblo. Para
grandes males, grandes y fuertes remedios. La lucha es a muerte entre la
revolución bolivariana que encarna la patria y la corrupción que intenta
liquidarla.
En diferentes
épocas de la historia las sociedades han
sufrido el flagelo de la corrupción y hemos tenido ejemplos convincentes de la
reacción de las mismas, a través de sus autoridades y ciudadanos. Veamos:
·
En el siglo IV antes de Cristo
existió en Persia, durante el reinado del Rey Cambises II un juez de la Corte
Real llamado Sisamnes que aceptó un soborno de una de las partes en un juicio y
dictó una sentencia injusta contra la otra parte que tenía la razón. El Rey al
saber la noticia y confirmarla ordenó que el corrupto fuera decapitado, le
sacaran la piel y con ella se mandase a construir una silla para el nuevo juez.
Cumplida la misión encomendada designó como nuevo juez a Otáves, hijo del juez
venal muerto.
·
El Libertador Simón Bolívar en Lima,
Perú, año 1824 dictó un decreto para combatir la corrupción que de manera
inusitada y devastadora ponía en peligro la independencia de las nuevas repúblicas,
que tuvo un impacto similar al dictado en 1813 denominado Decreto
de Guerra Muerte. El decreto estipulaba que todo funcionario público que tomara
para sí doce pesos en delante de los dinero de pueblo sería pasado por las
armas. Y el juez que llevara la causa y dejara de cumplir dicha orden, también
sería pasado las armas.
La corrupción es un
cáncer que carcome los recursos públicos y su cura se basa en la aplicación de
los “remedios” que mundialmente se
conocen: Elevar la conciencia y la organización de todo el pueblo para que
todos como un solo hombre se alisten a librar el combate contra este mal. El
otro, dictar leyes draconianas y hacerlas cumplir cueste lo que cueste. El corrupto se apoya en los testaferros para
conservar los dineros mal habidos, entonces, todas aquellas transacciones que
superen una cantidad estimada por la ley deben ser sometidas a un riguroso seguimiento por parte del Estado. El testaferro debe
probar que el dinero mediante el cual compró el bien lo obtuvo lícitamente, probar haberlo ahorrado en un banco comercial
y pagado los tributos al fisco, de lo contrario, ese patrimonio debe ser
decomisado y puesto a disposición del gobierno nacional. Igual tratamiento debe
recibir el corrupto principal agregándole que por vida quedará vetado para
ejercer funciones públicas de cualquier modalidad y cualquier nivel de la administración
del estado venezolano. Además de presentar ante la Contraloría General de la
República la declaración jurada de Patrimonio, el empleado público que
administre recursos públicos debe, cada vez que adquiera un bien mueble o
inmueble, informar a su comunidad, vía prensa, la referida transacción y de donde proviene el dinero utilizado para
dicha operación. Pero como casi nunca el funcionario corrupto actúa solo la ley
debe establecer que las mismas penas que
se le aplican al corrupto principal se le apliquen a este acompañante, sea
funcionario o nó.
Los corruptos son muy
pocos pero causan un daño inmenso a la sociedad. El General Santander, como Vicepresidente
de la Gran Colombia, fue el gran corrupto de la época. Los pagaré que Venezuela
debía otras naciones, como consecuencia de los empréstitos que hubo que
solicitar para hacerle frente a los gastos de la guerra de independencia y
sostener las funciones de la República, se los compraba a los acreedores al
cuarenta por ciento de su valor (40%) y se los cobraba a la República de
Colombia al cien por ciento (100%). De allí empezó la enemistad de Bolívar con
Santander. Entre el honesto a toda prueba contra un vulgar corrupto designado
como Vicepresidente de la Gran Colombia. Pero así como hubo grandes líderes de
la independencia corruptos, entre ellos el General José Antonio Páez, también
los hubo honrados. El caso del Libertador Simón Bolívar, quien con un sueldo de Treinta mil Pesos anuales, que
nunca cobró sino que lo distribuyó entre
las viudas de soldados patriotas caídos en la lucha, y entre el pueblo pobre.
El caso del General Rafael Urdaneta quien, después de combatir en los campos de
batallas contra los enemigo de la independencia y de la patria, fué senador de la República, Presidente del
Congreso, Intendente del Zulia, Gobernador de Guayana y ministro de Guerra en
Venezuela, murió en la más ignominiosa pobreza. Cuenta la historia que fue un
perseguido de Santander y del General Páez, de manera que en el año 1831 tuvo
que salir de Colombia y como Páez le negó la entrada a Venezuela se vió en la
necesidad de irse para Curazao. Al
regresar a Venezuela fue confinado al estado Falcón donde se dedicó a la cría
de chivo y a la agricultura. Fue tal la honestidad y la pobreza de este héroe
que para poder sobrevivir, ya viejo y enfermo, se vio en la dramática situación
de solicitar al gobierno una pensión para inválido.
Fue comisionado por el
gobierno venezolano para que negociara con el gobierno de España el
reconocimiento de la independencia de Venezuela. En su lecho de muerte, en
París, en 1845, ordenó a sus hijos que le acompañaban devolvieran al gobierno
venezolano los sueldos (viáticos) adelantados que había recibido para tal
gestión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario