martes, 20 de mayo de 2014

LA FABRICA SOCIALISTA



LA FABRICA SOCIALISTA

América latina vive un despertar de conciencia. En la vanguardia de esa utopía hecha realidad marcha Venezuela, Bolivia y Ecuador. En Venezuela, una Constitución Nacional  de avanzada ha sido contenido y medio a la vez para desarrollar desde el gobierno revolucionario políticas públicas dirigidas satisfacer las necesidades de la gente, concienciar y organizar el Poder popular con el objetivo de construir el socialismo a la venezolana, es decir, de acuerdo a las condiciones y las características de nuestra realidad. En la presente etapa, la meta alcanzar en este período presidencial según el programa de gobierno, es el desarrollo económico del país. Para ello es necesario fundar, organizar y liberar las  fuerzas productivas y que las empresas vitales para el desrrollo industrial sean mayoritariamente propiedad del pueblo, organizar redes de distribución socialistas que permitan que los productos vayan directamente a las manos del pueblo, sin interferencias de ninguna especie y a un precio racional. El Socialismo tiene como objeto al ser humano y sus necesidades y por lo tanto, en este modelo de producción no se produce mercancía, se produce para satisfacer las necesidades del pueblo y eso, exige conciencia y organización de la clase trabajadora y de sus dirigentes. En el socialismo las fábricas deben ser dirigidas por la clase trabajadora y la plusvalía que se genere va a un fondo social. Dicho fondo es manejado por el gobierno revolucionario y está dirigido a la solución de los problemas de todo el colectivo social, que es como decir, todo el pueblo, sin discriminación alguna.
El proceso de la producción socialista se orienta en darle viabilidad a las empresas socialista y ello implica resolver dos problemas fundamentales: 1-Que los trabajadores asuman la ideología socialista y ésta se haga una corriente hegemónica; y 2- La aplicación en el proceso productivo de las técnicas y herramientas de punta en materia de dirección, gerencia y supervisión que permitan delinear estrategias que conduzcan a avanzar, fortalecer y multiplicar la producción de bienes y servicios para el pueblo trabajador y la sociedad en general. Lo primero, tiene como objeto la auto transformación del trabajador, empezando por sus líderes y las organizaciones sindicales. Lo segundo, va dirigido a formar a los trabajadores en materia de dirección,  gerencia y supervisión utilizando las herramientas que la ciencia y la práctica han colocado en manos del hombre para producir con mayor rendimiento. El Che Guevara decía que la ciencia no es ajena al proceso revolucionario; al contrario,  se debe utilizar los avances tecnológicos para lograr aumentar la producción de bienes y servicios.
Heriberto, un viejo líder trabajador, de formación socialista trabaja en una empresa capitalista del ramo alimentario, cuyo dueño unido a los demás de su misma ralea confabulados en tumbar el gobierno revolucionario, se dio a la tarea de afectar al pueblo reduciendo la capacidad productiva de dicha empresa, contribuyendo con ello al desabastecimiento y la especulación. El viejo líder analizó la situación de sabotaje empresarial y organizó con los demás trabajadores organizados en su sindicato una lucha contra la conducta conspirativa del dueño de dicha empresa. Empezó por concientizar a los trabajadores sobre la problemática que estaban viviendo en la fábrica y como la conspiración económica tomaba cuerpo amenazando la estabilidad del país por lo cual era necesario la unidad y la lucha de los trabajadores junto con  las fuerzas armadas bolivarianas para afrontar este nuevo reto de la oposición apátrida, lo que los llevó a realizar grandes discusiones y elaborar líneas de acción para alcanzar el objetivo de derrotar al enemigo oligárquico-imperial. Denunciaron ante el gobierno nacional los planes político-conspirativos del empresario y su disposición de que la empresa fuera nacionalizada y  entregada a los trabajadores para que la dirigieran y gestionaran. El gobierno nacional nacionalizó la empresa y la puso bajo la dirección de la clase obrera.
En esta nueva gestión el desastre pronto se hizo presente. La empresa fue gestionada por los trabajadores como si nada hubiere pasado; es decir, con los mismos criterios ideológicos y herramientas de dirección, gestión y supervisión capitalista. El sindicato introdujo ante inspectoría un contrato colectivo tradicional donde las cláusulas económicas constituyeron una soga al cuello para  la existencia de la misma de la  empresa, la corrupción y otros vicios aparecieron en el manejo de sus bienes, que son propiedad del pueblo. Ante este desastre administrativo y gerencial el viejo Heriberto fijó posición  revolucionaria. Alegó que esa empresa fue nacionalizada es propiedad de los venezolanos  gerenciada  por la clase obrera y que por lo tanto se estaba en presencia de un cambio sustancial en la relaciones de producción en virtud de que los trabajadores pasaron, como parte del pueblo, a ser propietarios de ese bién y la plusvalía que antes enriqueció el patrimonio particular del patrono hoy, en forma de dividendos, es todo pueblo. Y es absurdo que el sindicato pretenda con un contrato colectivo fundamentalmente económicista conducir a la quiebra total a la empresa socialista.
Los líderes sindicales le declararon la guerra al viejo Heriberto, pero éste, zorro político, se propuso a explicarle a cada uno de los trabajadores el problema y fue formando células de cinco personas “por el rescate de la empresa”. Elaboró un periodiquito mediante el cual fue planteándoles a los trabajadores la necesidad de rescatar la empresa y gestionarla de acuerdo a los principios socialistas. Finalmente. El gobierno revolucionario intervino la empresa, le aportó recursos y los trabajadores en asamblea designaron a sus representantes ante la junta directiva  y entre ellos designaron al viejo Heriberto, quien en su intervención aceptando el cargo planteó: “Compatriotas, esta fábrica es del pueblo venezolano, por lo tanto también es nuestra. Vamos a darle viabilidad socialista y para eso es necesario formar ideológicamente a nuestros compañeros de clase; y a nuestros cuadros encargados en la gestión de la fábrica formarlos en  las técnicas de dirección, gerencia, supervisión y control. Mientras el control social por parte de todos los trabajadores se transforma en una línea permanente de acción. Solo así, marcharemos, junto al pueblo venezolano, rumbo al socialismo.         

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