LA FABRICA SOCIALISTA
América latina vive un despertar de conciencia. En la vanguardia de esa
utopía hecha realidad marcha Venezuela, Bolivia y Ecuador. En Venezuela, una
Constitución Nacional de avanzada ha
sido contenido y medio a la vez para desarrollar desde el gobierno
revolucionario políticas públicas dirigidas satisfacer las necesidades de la
gente, concienciar y organizar el Poder popular con el objetivo de construir el
socialismo a la venezolana, es decir, de acuerdo a las condiciones y las
características de nuestra realidad. En la presente etapa, la meta alcanzar en
este período presidencial según el programa de gobierno, es el desarrollo
económico del país. Para ello es necesario fundar, organizar y liberar las fuerzas productivas y que las empresas vitales
para el desrrollo industrial sean mayoritariamente propiedad del pueblo, organizar
redes de distribución socialistas que permitan que los productos vayan
directamente a las manos del pueblo, sin interferencias de ninguna especie y a
un precio racional. El Socialismo tiene como objeto al ser humano y sus
necesidades y por lo tanto, en este modelo de producción no se produce
mercancía, se produce para satisfacer las necesidades del pueblo y eso, exige
conciencia y organización de la clase trabajadora y de sus dirigentes. En el
socialismo las fábricas deben ser dirigidas por la clase trabajadora y la
plusvalía que se genere va a un fondo social. Dicho fondo es manejado por el
gobierno revolucionario y está dirigido a la solución de los problemas de todo
el colectivo social, que es como decir, todo el pueblo, sin discriminación
alguna.
El proceso de la producción socialista se orienta en darle viabilidad a
las empresas socialista y ello implica resolver dos problemas fundamentales: 1-Que
los trabajadores asuman la ideología socialista y ésta se haga una corriente
hegemónica; y 2- La aplicación en el proceso productivo de las técnicas y
herramientas de punta en materia de dirección, gerencia y supervisión que
permitan delinear estrategias que conduzcan a avanzar, fortalecer y multiplicar
la producción de bienes y servicios para el pueblo trabajador y la sociedad en
general. Lo primero, tiene como objeto la auto transformación del trabajador,
empezando por sus líderes y las organizaciones sindicales. Lo segundo, va
dirigido a formar a los trabajadores en materia de dirección, gerencia y supervisión utilizando las
herramientas que la ciencia y la práctica han colocado en manos del hombre para
producir con mayor rendimiento. El Che Guevara decía que la ciencia no es ajena
al proceso revolucionario; al contrario,
se debe utilizar los avances tecnológicos para lograr aumentar la
producción de bienes y servicios.
Heriberto, un viejo líder trabajador, de formación socialista trabaja
en una empresa capitalista del ramo alimentario, cuyo dueño unido a los demás
de su misma ralea confabulados en tumbar el gobierno revolucionario, se dio a
la tarea de afectar al pueblo reduciendo la capacidad productiva de dicha
empresa, contribuyendo con ello al desabastecimiento y la especulación. El
viejo líder analizó la situación de sabotaje empresarial y organizó con los
demás trabajadores organizados en su sindicato una lucha contra la conducta
conspirativa del dueño de dicha empresa. Empezó por concientizar a los
trabajadores sobre la problemática que estaban viviendo en la fábrica y como la
conspiración económica tomaba cuerpo amenazando la estabilidad del país por lo
cual era necesario la unidad y la lucha de los trabajadores junto con las fuerzas armadas bolivarianas para
afrontar este nuevo reto de la oposición apátrida, lo que los llevó a realizar
grandes discusiones y elaborar líneas de acción para alcanzar el objetivo de
derrotar al enemigo oligárquico-imperial. Denunciaron ante el gobierno nacional
los planes político-conspirativos del empresario y su disposición de que la
empresa fuera nacionalizada y entregada
a los trabajadores para que la dirigieran y gestionaran. El gobierno nacional
nacionalizó la empresa y la puso bajo la dirección de la clase obrera.
En esta nueva gestión el desastre pronto se hizo presente. La empresa
fue gestionada por los trabajadores como si nada hubiere pasado; es decir, con
los mismos criterios ideológicos y herramientas de dirección, gestión y
supervisión capitalista. El sindicato introdujo ante inspectoría un contrato
colectivo tradicional donde las cláusulas económicas constituyeron una soga al
cuello para la existencia de la misma de
la empresa, la corrupción y otros vicios
aparecieron en el manejo de sus bienes, que son propiedad del pueblo. Ante este
desastre administrativo y gerencial el viejo Heriberto fijó posición revolucionaria. Alegó que esa empresa fue nacionalizada
es propiedad de los venezolanos gerenciada
por la clase obrera y que por lo tanto se estaba en presencia de un
cambio sustancial en la relaciones de producción en virtud de que los
trabajadores pasaron, como parte del pueblo, a ser propietarios de ese bién y
la plusvalía que antes enriqueció el patrimonio particular del patrono hoy, en
forma de dividendos, es todo pueblo. Y es absurdo que el sindicato pretenda con
un contrato colectivo fundamentalmente económicista conducir a la quiebra total
a la empresa socialista.
Los líderes sindicales le declararon la guerra al viejo Heriberto, pero
éste, zorro político, se propuso a explicarle a cada uno de los trabajadores el
problema y fue formando células de cinco personas “por el rescate de la empresa”.
Elaboró un periodiquito mediante el cual fue planteándoles a los trabajadores
la necesidad de rescatar la empresa y gestionarla de acuerdo a los principios
socialistas. Finalmente. El gobierno revolucionario intervino la empresa, le
aportó recursos y los trabajadores en asamblea designaron a sus representantes
ante la junta directiva y entre ellos
designaron al viejo Heriberto, quien en su intervención aceptando el cargo
planteó: “Compatriotas, esta fábrica es del pueblo venezolano, por lo tanto
también es nuestra. Vamos a darle viabilidad socialista y para eso es necesario
formar ideológicamente a nuestros compañeros de clase; y a nuestros cuadros
encargados en la gestión de la fábrica formarlos en las técnicas de dirección, gerencia,
supervisión y control. Mientras el control social por parte de todos los
trabajadores se transforma en una línea permanente de acción. Solo así,
marcharemos, junto al pueblo venezolano, rumbo al socialismo.
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