martes, 15 de julio de 2014

REFLEXIONES NECESARIAS



REFLEXIONES NECESARIAS
Mañana, 22 de mayo del año 2014, luego de la entrega por parte de la Fiscalía General de la República del cadáver del insigne combatiente revolucionario RUDAS MEZONES  y de la visita al viejo Cuartel San Carlos,  sus viejos camaradas y amigos lo acompañaremos hasta San José de Barlovento, su tierra natal, donde lo esperan sus familiares para darle  a sus restos cristiana sepultura, después de cincuenta y dos años de su muerte por las fuerzas represivas del régimen de Rómulo Betancourt.

El camarada RUDAS MEZONES fue uno de los primeros combatientes  caído en el periodo de la Cuarta República por la lucha por la libertad, la soberanía y el Socialismo. Por eso, uno de los más aguerridos destacamentos de la lucha armada de los primeros años de la década de los sesenta llevó su glorioso nombre: DESTACAMENTO RUDAS MEZONES , cuyas acciones militares que rayan en la audacia, temple, temeridad y conciencia revolucionaria dieron mucho que hablar y deben recogerse en la memoria histórica de la lucha revolucionaria del pueblo venezolano como experiencias para las luchas del futuro si la oligarquía apátrida y las fuerzas imperiales pretendieren acabar con la Revolución Socialista  Bolivariana.

La lucha revolucionaria del año sesenta, como continuación de la guerra de independencia y  de la guerra federal, se caracterizó por su adhesión ideológica al socialismo. El Movimiento de Izquierda Revolucionaria nació como una fuerza política de izquierda socialista. Y esa ideología orientó la estrategia revolucionaria tanto en la lucha urbana como rural. Pero fueron unas ideas socialistas abstractas que tenían como modelo la revolución de octubre rusa y la Democracia popular de revolución China. Nunca, que yo sepa se discutió como debía ser el socialismo venezolano, nacido y forjado de las propias contradicciones de la sociedad venezolana. Y esa debilidad estratégica aunado a una dirigencia nacional pequeño burguesa, que nunca fue revolucionaria, que abandonó la ideología socialista porque nunca creyó en ella, aunado a otros factores objetivos y subjetivos importantes, condujo al fracaso a esa lucha armada donde el pueblo perdió a muchos de sus hijos. La realidad nos ha enseñado que de acuerdo a la coyuntura puede cambiar las líneas políticas y los procedimientos, no la ideología. Cuando ésta cambia la situación es otra y aparece la traición. La triste y cobarde participación de esa clase dirigente unida a la oligarquía criolla y a las fuerzas imperiales en los golpes de estado que se han realizado y se realizan contra la revolución socialista bolivariana nos hace reflexionar sobre el porqué del fracaso de la lucha armada de los años sesenta, setenta y ochenta del siglo pasado. Pero al mismo tiempo, mientras la dirigencia del proceso arría banderas y se colocaba en contra de la revolución, en el seno del ejercito enemigo renacía la llama patria en el corazón y la conciencia de un grupo de  jóvenes oficiales que  insurgen contra el orden constituido y luego junto a  cuadros civiles patriotas asumen las riendas del proceso revolucionario que hoy conocemos como la Revolución Bolivariana socialista que en reñidas elecciones y por la vía pacíficas conquistó el poder político y realiza una política soberana, patriótica y socialista a favor de todo el pueblo, pero privilegiando a los más desposeídos. He allí, la gran paradoja de la historia venezolana.

Con el  Comandante Chávez comenzamos a definir las ideas socialistas. Empezamos a discutir las características propias de nuestra sociedad mediante el estudio de los grandes pensadores socialistas venezolanos y foráneos y a formular nuestras propias ideas. Chávez, nuestro máximo dirigente nos enseñó que el socialismo debe estar dirigido a resolver las necesidades de la gente y para cumplir con ese precepto las fuerzas revolucionarias socialistas deben utilizar el poder y desde allí dictar políticas públicas en lo económico, en lo social, ambiental, militar, etc  que coadyuven a proporcionarle al pueblo la mayor suma de  felicidad posible, la mayor suma de estabilidad social y  la mayor suma de estabilidad política. Mientras que el capitalismo solo actúa en función de la acumulación de la riqueza en pocas manos, de allí la explotación del hombre por el hombre, la miseria, la exclusión, la falta de libertad y soberanía de los pueblos.


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