REFLEXIONES
NECESARIAS
Mañana, 22 de mayo del
año 2014, luego de la entrega por parte de la Fiscalía General de la República
del cadáver del insigne combatiente revolucionario RUDAS MEZONES y de la visita al viejo Cuartel San Carlos, sus viejos camaradas y amigos lo acompañaremos
hasta San José de Barlovento, su tierra natal, donde lo esperan sus familiares
para darle a sus restos cristiana
sepultura, después de cincuenta y dos años de su muerte por las fuerzas represivas
del régimen de Rómulo Betancourt.
El camarada RUDAS MEZONES
fue uno de los primeros combatientes
caído en el periodo de la Cuarta República por la lucha por la libertad,
la soberanía y el Socialismo. Por eso, uno de los más aguerridos destacamentos
de la lucha armada de los primeros años de la década de los sesenta llevó su
glorioso nombre: DESTACAMENTO RUDAS MEZONES , cuyas acciones militares que
rayan en la audacia, temple, temeridad y conciencia revolucionaria dieron mucho
que hablar y deben recogerse en la memoria histórica de la lucha revolucionaria
del pueblo venezolano como experiencias para las luchas del futuro si la
oligarquía apátrida y las fuerzas imperiales pretendieren acabar con la
Revolución Socialista Bolivariana.
La lucha revolucionaria
del año sesenta, como continuación de la guerra de independencia y de la guerra federal, se caracterizó por su
adhesión ideológica al socialismo. El Movimiento de Izquierda Revolucionaria
nació como una fuerza política de izquierda socialista. Y esa ideología orientó
la estrategia revolucionaria tanto en la lucha urbana como rural. Pero fueron
unas ideas socialistas abstractas que tenían como modelo la revolución de
octubre rusa y la Democracia popular de revolución China. Nunca, que yo sepa se
discutió como debía ser el socialismo venezolano, nacido y forjado de las
propias contradicciones de la sociedad venezolana. Y esa debilidad estratégica
aunado a una dirigencia nacional pequeño burguesa, que nunca fue
revolucionaria, que abandonó la ideología socialista porque nunca creyó en
ella, aunado a otros factores objetivos y subjetivos importantes, condujo al
fracaso a esa lucha armada donde el pueblo perdió a muchos de sus hijos. La
realidad nos ha enseñado que de acuerdo a la coyuntura puede cambiar las líneas
políticas y los procedimientos, no la ideología. Cuando ésta cambia la
situación es otra y aparece la traición. La triste y cobarde participación de
esa clase dirigente unida a la oligarquía criolla y a las fuerzas imperiales en
los golpes de estado que se han realizado y se realizan contra la revolución
socialista bolivariana nos hace reflexionar sobre el porqué del fracaso de la
lucha armada de los años sesenta, setenta y ochenta del siglo pasado. Pero al
mismo tiempo, mientras la dirigencia del proceso arría banderas y se colocaba
en contra de la revolución, en el seno del ejercito enemigo renacía la llama
patria en el corazón y la conciencia de un grupo de jóvenes oficiales que insurgen contra el orden constituido y luego
junto a cuadros civiles patriotas asumen
las riendas del proceso revolucionario que hoy conocemos como la Revolución
Bolivariana socialista que en reñidas elecciones y por la vía pacíficas conquistó
el poder político y realiza una política soberana, patriótica y socialista a
favor de todo el pueblo, pero privilegiando a los más desposeídos. He allí, la
gran paradoja de la historia venezolana.
Con el Comandante Chávez comenzamos a definir las
ideas socialistas. Empezamos a discutir las características propias de nuestra
sociedad mediante el estudio de los grandes pensadores socialistas venezolanos
y foráneos y a formular nuestras propias ideas. Chávez, nuestro máximo
dirigente nos enseñó que el socialismo debe estar dirigido a resolver las
necesidades de la gente y para cumplir con ese precepto las fuerzas
revolucionarias socialistas deben utilizar el poder y desde allí dictar
políticas públicas en lo económico, en lo social, ambiental, militar, etc que coadyuven a proporcionarle al pueblo la
mayor suma de felicidad posible, la
mayor suma de estabilidad social y la
mayor suma de estabilidad política. Mientras que el capitalismo solo actúa en
función de la acumulación de la riqueza en pocas manos, de allí la explotación
del hombre por el hombre, la miseria, la exclusión, la falta de libertad y
soberanía de los pueblos.
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